Las sociedades se
han encargado de depositar en el profesor la figura de un modelo de
vida que debe ser seguido, donde los más altos valores se expresan
en las acciones del docente.
Los familiares
depositan en los profesores, , no sólo la responsabilidad de educar
a sus hijos en cuanto a la adquisición de conocimientos, sino
también en el sentido formativo de la adquisición de valores,
actitudes y habilidades. Además a menudo se le cede al profesor la
posibilidad de corregir, es decir, se deja en la mano y en la palabra
del maestro la posibilidad de mejorar la conducta de los hijos.
El profesor es una
persona que sabe, que tiene cultura y que tiene poder de influencia
pues enseña sus conocimientos. El docente se ve en la necesidad de
responder a las funciones que la sociedad le ha conferido.
Está comprometido
a identificar los compromisos que pueden llevar adelante el
desarrollo de su comunidad, debe mantenerse informado y actualizado
sobre los diferentes aspectos sociales, políticos y económicos que
afectan tal desarrollo.
Actualmente el
profesor adquiere también el compromiso de promover el desarrollo
sostenible de su comunidad desde la formación de una conciencia
ecológica.
El profesor se
convierte, así, en un facilitador del desarrollo de sus comunidades,
en un promotor del crecimiento y evolución de los diferentes grupos
sociales.
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